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lunes, 11 de agosto de 2014

Una minoría de colombianos no ayuda con su imagen, tampoco algunos medios de comunicación

"Los colombianos no tenemos el derecho de vivir en otro país, así como los extranjeros tampoco tienen el derecho de vivir en el nuestro. Eso es sólo un privilegio"

Estas fueron las palabras de la presentadora del programa Séptimo Día del canal Caracol en su especial titulado "¿Colombianos Indeseables? La otra cara del nacionalismo en el exterior". Cuando lo vi, parecía un programa de los tantos que han hecho algunos canales chilenos, refiriéndose a "los delitos que cometen los colombianos" inmigrantes, donde solamente pretenden empeorar aún más esta imagen.

Que lo haga un medio de comunicación chileno es reprochable, pero lo es más si el medio es colombiano, teniendo en cuenta que el programa no sólo lo ven en Colombia, sino en varias partes del mundo, incluyendo Chile.

Hay que enseñarle a la presentadora, o a su libretista, que no tiene razón en la frase que cité al comienzo, ya que la migración sí es un derecho que está contemplado dentro de los derechos humanos, y más aún si la persona ha cumplido con ciertos requisitos administrativos de cada país. El decir que es un "privilegio", es sólo un término cordial, un término de camaradería, pero no significa que un migrante tenga que estar eternamente agradecido y con la cabeza agachada con cada país que lo acoge. Eso sólo se presta para más discriminación y xenofobia. 

Lo otro que hay que decir, es que el periodista que hizo el reportaje se equivoca en varios términos como al decir que "en Chile hay varios colombianos ilegales". Eso no es cierto, el término de ilegalidad de un migrante es erróneo si se refiere a que está con documentos incompletos. El término correcto es que algunos colombianos están de forma irregular en el país. Ninguna persona es ilegal en el mundo; si decimos esto es como negarle su propia existencia y también lo contempla dentro de los derechos humanos.

No se pretende tapar el sol con un dedo. Es cierto que una minoría de colombianos delinquen en Chile; pero repito, es una minoría como lo dio a conocer la Defensoría Penal Pública de Antofagasta, donde en un informe de finales del año pasado indica que el 96.1% de los delitos de drogas en la región son cometidos por chilenos, en tanto los extranjeros sólo alcanzan un porcentaje marginal en la comisión de delitos. De igual forma, destacó que si se suman todos los delitos de alta connotación en que están involucrados ciudadanos colombianos, tales como robos violentos, robos por sorpresa y delitos sexuales, el total sólo se asoma al 1%. Además en el 2012 ningún ciudadano colombiano fue atendido por la Defensoría Penal en relación a delitos de homicidio.

El otro tema es de convivencia, donde es claro que el migrante, en este caso el colombiano, tiene el deber de aprender a adaptarse a su nueva cultura. Pero esa dificultad sólo se resuelve de manera recíproca, donde no sólo involucre nativos y extranjeros, sino también a las autoridades administrativas donde se hagan cargo de esa migración que tanto beneficia al país, brindándoles programas de aprendizaje de convivencia. Es claro que Chile no estaba preparado para recibir esta nueva ola migratoria, ya que ni siquiera tiene una ley moderna (la actual Ley Migratoria data del año 1975) que garantice los derechos en todos los sentidos.

Le ayudaríamos mucho a la imagen colombiana en el exterior, no solamente sabiéndonos comportar; eso está claro. Pero también creo que los medios de comunicación tienen una enorme responsabilidad en ello, donde no exporten más novelas de narcotráfico, prostitución y donde no exporten reportajes tan mal balanceados como éste.

VEA EL PROGRAMA EN ESTE ENLACE



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