Buscar este blog

lunes, 12 de agosto de 2013

De Alexander a Alexa: El colombiano que logró ser ella


Por Wilson Charry para Chile Ajeno.

Cuando nació hace 39 años en Cali, Colombia, sus padres lo llamaron Alexander Esquivel. Pero él quería ser ella. Y ella hoy se llama Alexandra, es una mujer alta, estilista y vive en Santiago de Chile, destino al que llegó después de peregrinar por otros lados.



Por 10 años vivió en los Estados Unidos donde conoció las duras experiencias del “sueño americano” y donde comenzó a gestarse el proceso de transformación. Después regresaría a Colombia, y en su país natal llegarían los cambios más importantes. Las circunstancias del país cafetero la hicieron buscar nuevos proyectos en Chile y hoy camina por las calles de Santiago como Alexandra Esquivel. 

Alexa, como la llaman sus amigos y compañeros de trabajo, aceptó hablar con Chile Ajeno de cómo ha sufrido la discriminación, del amor, de su ilegalidad en el país norte americano, y de mucho más. Nos recibió vestida completamente de mujer en el departamento que comparte con dos amigos, en el centro de la capital. En el cómodo y bien decorado living nos recibió de manera cordial y dispuesta a hablar sin tapujos. Comenzamos por el final de la historia: Chile.

Llegar a Chile 

¿En este poco tiempo que lleva en Chile se ha sentido incómoda o discriminada? 


“Lastimosamente he dado con algunos chilenos que me han discriminado por mi condición sexual. En tres ocasiones que he ido a ofrecer mi trabajo en peluquerías, no aceptan a transexuales. Solo aceptan el gay, es decir el hombre de comportamiento afeminado o a las mujeres. No me los han dicho directamente pero me han mandado el mensaje y según ellos los clientes van a llegar y me verán como una mujer, pero luego se darán cuenta que soy un hombre y los les va a gustar. Se que las mujeres trans como yo, no trabaja en peluquería sino en prostitución y yo ante todo soy persona y no ejerzo ese oficio. Acá he sentido mucho más discriminación que en Colombia”.

¿Le han ofrecido trabajar como prostituta? 

“Si, mucho. Tengo amigas que dicen que ganan muy bien y hay hombres en la calle que te ofrecen. No voy a negar que lo haya hecho en algunas oportunidades por dinero, pero siempre y cuando el hombre me guste”.

Alexa nos contó que aún no sabe si quedarse en Chile o no, y eso depende principalmente si consigue trabajo en su rubro. Tiene un mes en el país y le quedan dos para pensar y probar suerte antes que termine su condición de turista.

¿Le gustaría ser mamá, le gustaría adoptar a un niño? 

“No me gustaría porque pienso que un niño siempre va a crecer con un trauma, porque nunca va a saber quién es el papá y quien es la mamá. Quizá en el caso mío con mi pareja pudiera ser diferente porque el niño va a crecer viendo a un hombre y a una mujer. Pero de todas maneras en mi caso no me gustaría. Mejor que las parejas homosexuales se consigan una mascota”.

Algunas respuestas de Alexa, sin dudas, sorprender. Actualmente, además de su apariencia y sus implantes mamarios, sexualmente Alexa sigue siendo hombre. No es transgénero. Al preguntarle qué otra cirugía se haría, por ejemplo el cambio definitivo de sexo nos llamó la atención su respuesta:

"No porque soy católica y pienso que si mi Dios me mandó como hombre es porque así debe ser". 

¿Pero no es algo contradictorio? 

“Algo, pero mis implantes y mi ropa de mujer, me lo puedo quitar en algún momento de mi vida si yo decido cambiar, en cambio si me cambio de sexo no”. 

¿Entonces deja la puerta abierta para volver a ser hombre? 

“No, no dejo la puerta abierta para eso porque en mí no está. No se sabe más adelante una enfermedad como un cáncer de seno por ejemplo. Ahí cambiarían las cosas”. 
¿Conoce del proyecto de ley antidiscriminación en Chile? 


“He escuchado mucho y me parece muy buena porque todos somos seres humanos y la gente que discrimina está mal. No se mucho al respecto de esta ley, pero si se que están haciendo un gran esfuerzo para que este problema no siga ocurriendo. Este problema no sólo es en Chile sino mundial”.

Irse de Colombia

Llevábamos una batería de preguntas y en la medida que iba pasando el tiempo, el cuestionario se ampliaba por las sorpresas que nos encontrábamos en sus propias respuestas. Quisimos saber cómo sobrevivió a la discriminación en nuestro natal Colombia y fue clara es confesar que “sí, fue duro al principio cuando tú no sabes cómo llegarle a la gente, los problemas con la familia, pero cuando pasa el tiempo y uno le demuestra a la gente que uno es independiente y que va a luchar y que va salir adelante, nadie te tiene que decir nada. En la calle en Colombia tú sabes que hay gente ignorante que no sabe y empiezan a decirte cosas. Al principio a mí no me gustaba y devolvía la misma piedra, pero hoy en día uno tiene que hacer caso omiso”.

Todavía era Alexander cuando viajó a los Estados Unidos, en el año de 1999. Quería buscar otros rumbos y estabilizar su situación económica. Pero también sabía que tendría que asumir un precio alto porque no era fácil al principio como lo saben muchos de los que han tenido la oportunidad de viajar en condiciones parecidas.

En el país del norte tuvo que soportar la discriminación por varios factores: la primera por haber nacido en Colombia, un país a cuyos ciudadanos se le tilda de narcotraficantes y peligrosos en el mundo; ciudadanos, los cuales pueden entrar a pocos países sin visa. El segundo factor era su condición sexual, porque si bien ya llevaba muchos años asumiéndola, llegaba a un país completamente desconocido donde tenía que amoldarse. Lo tercero, era su estatus de ilegal, por la cual en ninguna parte le podrían ofrecer empleo y tendría que estar escondiéndose de la policía.


“Yo buscaba un mejor futuro para mí y mi familia, además por en ese tiempo las peluquerías estaban muy mal en Colombia, el corte estaba muy barato y se me presentó la oportunidad, saqué la visa y me fui. Pero el sueño americano sí le cuesta a uno, es difícil. Primero porque te discriminan, el sólo hecho de ser colombiano y sacar ese pasaporte ya es horrible. Aparte llegué a una plaza que es Miami que los cubanos se creen dueños de esa ciudad y no quieren a los colombianos“, nos cuenta la nueva colombiana en Chile. 
¿Cómo sobrevivió en los Estados Unidos? 


En los Estados Unidos para mí fue muy difícil al principio porque no podía trabajar como estilista, porque allá las reglas son más estrictas, ya que hay que tener su carnet en regla. Entonces conocí a un brasileño que es el gerente de una bolsa de empleos y me dijo que si yo quería trabajar tenía que cortarme el cabello porque sino, no me aceptarían en ninguna parte y tuve que hacerlo. Esuve empleada un tiempo arreglando cuartos en un resort pero también hacía domicilio en peluquería en los momentos que yo podía. 
¿En ese primer trabajo se sentía golpeada al tener que actuar de una manera masculina? 

Totalmente, porque de todas maneras en Colombia yo no me tenia que cohibirme de nada y actuaba naturalmente, pero entendía que es un país ajeno y tenia que amoldarme a las reglas. Miami es duro porque es costoso pero es espectacular, para mí la vida es allá. Pero tuve que trasladarme a Rhode Island porque vivía el dia a dia, no me alcanzaba sino para pagar la renta, enviar dinero para Colombia y mi sustento normal, nada para ahorrar. En la nueva ciudad si llegué directo a trabar en mi oficio, llegué con trabajo y me fue muy bien.

Ser irregular en Estados Unidos

Durante los casi diez años que Alexander o Alexa vivió en los Estados Unidos, residió de manera ilegal. Buscó por varios medios regular su condición en el país del norte sin ningún éxito, hasta pensar en casarse con una mujer. Una amiga le haría ese “favor” pero todo se frustró porque se enteraron que dicha amiga, perdería en ese caso los beneficios de su hijo mayor para entrar a la Universidad.

No simuló haberse casado y entonces fue en en la nación norteamericana donde Alexander inició el camino de su transformación. 
¿Como fue el comienzo de ese proceso de hombre a mujer en los Estados Unidos? 

Ya me sentí más en confianza y me empecé a dejar crecer el cabello, a sentirme más libre. A raíz de que no pude ser legal, conseguí una identidad falsa. Me hice a unos papeles americanos con los cuales pude sacar licencia para manejar, tenía mis cuentas bancarias, tenía todo…

Alexa nos contó esto de una manera muy tranquila, como si el vivir en los Estados Unidos por diez años bajo condiciones irregulares, le hubiese generado un poco más de confianza como para decirlo de esa manera. “No fui ni la primera ni la ultima en estar ilegal en ese país” , nos dijo. 
¿Cuál era el nombre falso y cómo lo consiguió? 

No puedo decir el nombre pero sólo puedo decir que muchos ilegales sacan papeles falsos. 
¿Quiénes los venden o cómo se pueden conseguir? 

Con los puertorriqueños. En esa época no era tan difícil, pero ahora sí, porque cuando uno va a sacar una licencia con un registro civil de nacimiento de una persona no pedían más requisitos . 
¿Cuánto le cobraron? 

500 dólares, que era el valor promedio en ese tiempo. Ahora es mucho más costoso porque es ya muy difícil.

El retorno a Colombia


Alexa, a pesar de los duros años del inicio, llegó a vivir cómodamente en los Estados Unidos e incluso pudo llevar a sus padres tres veces de paseo. allá les celebró los 50 años de vida. Pero las cosas empezaron a cambiar y dice haberse aburrido “porque vivía preocupada del riesgo que corría. Si me sorprendían con documentos falsos, eran 5 años de cárcel y después deportación. Eso me empezó a maquinar la cabeza y me empezó mucho el miedo. Yo nunca he estado en una cárcel ni he tenido problemas de nada”. 
Pero si estaba ya establecida y con dinero ahorrado, ¿por qué decidiste salir de nuevo del país? 

“El dinero se acaba y no monté ningún negocio porque en mi mente siempre estaba emigrar. Intenté irme a Canadá pero no resultó. La delincuencia es Colombia es horrible, la situación económica es horrible porque hay demasiada competencia en las peluquerías y los cortes son muy baratos. Entonces mi amigo Alex que vive acá en Chile y estaba de vacaciones en Colombia me dijo que por que no intentaba en Chile y probaba suerte acá”. 
Hay mucha gente de Colombia que ha viajado a Chile. ¿Qué se dice en la calle de Chile, porque cree que escogen este país para emigrar? 

“Primero la moneda respecto a la de Colombia… y se escucha que la economía está muy buena y por eso la gente pega para acá. Yo no había escuchado nunca eso, hasta que me lo contó mi amigo y por eso decidí venirme. Cuando llegué se siente un poco la discriminación, no por colombiana sino por mi apariencia. La gente dice: ¿será hombre?, ¿será mujer? Por ejemplo, el agente de inmigración en el aeropuerto, me hizo las preguntas normales, pero en un momento miró a su compañero de la otra casilla y me pareció raro”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario