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lunes, 4 de noviembre de 2019

Chile: “The cake is badly distributed”

La semana pasada me preguntó mi profesora de inglés, qué era lo que pasaba en Chile a propósito de las protestas. Me comprendió todo cuando le dije que “the cake is badly distributed”.
Pero ella esto ya lo sabía. Debo confesar que me sorprendió un poco, de manera grata, al saber que tenía bien claro que las demandas sociales no se habían iniciado exclusivamente por el aumento de 30 pesos en el pasaje del metro, sino que ese sólo fue el alfiler que detonó el globo o la punta del iceberg, como dicen.
Y es que, por fortuna, aún existen medios internacionales y redes sociales que la pueden informar (a veces) acerca de cómo es la cosa en Chile. La BBC, por ejemplo, titulaba la semana pasada “Chile protesta: un millón se unen a la marcha pacífica por la reforma”, resaltando que las verdaderas causas de las protestas son las desigualdades sociales acumuladas hace muchos años atrás.
Parece ser que, a pesar de que el oficialismo siempre quiso vender la idea de que Chile era “el oasis en el desierto en Latinoamérica”, no les funciona mucho, ya que mi profesora, siendo británica residente en Malta, tiene bien claro que el país es uno de los más ricos de América Latina, pero también uno de los más desiguales: tiene los peores niveles de igualdad de ingresos entre los 36 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Por lo menos eso le entendí con mi poco inglés. Lo que pudiera percibir es que, desafortunadamente, tiene enraizada (y con toda la razón) la idea que Latinoamérica no deja de ser Latinoamérica, económica y socialmente hablando. Eso me he dado cuenta conversando con otras personas, ya que Chile, por estos días, ha sido tema de conversación en todo el mundo, y en este lado no es la excepción.
Lo que también pudiera percibir es que muchas personas en el exterior, de alguna forma empatizan con las demandas sociales, tal vez porque en muchos sitios de Europa tampoco la pasan bien, contrario a lo que siempre se ha creído en América Latina. En algunos sitios de este lado del mundo a la clase trabajadora también le cuesta llegar a fin de mes, producto de algunos modelos económicos parecidos, malas distribuciones o sencillamente malos gobiernos.  
Lo más probable es que el levantamiento del pueblo chileno sea seguido por otros países con los mismos descontentos o demandas sociales, como la evasión en el metro de Nueva York que, si bien los fines no son los mismos, sirve como referente para saber que aquellas demandas se pueden obtener con la unión pacífica de todo un pueblo como bien lo está haciendo Chile.
Foto: Portafolio.

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