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domingo, 8 de junio de 2014

Si quiere inmigrar a Chile, ¡venga, pero no coma cuento!

Durante la semana me quedé pensando en la pregunta que me hizo mi compañero de radio, acerca de qué le aconsejaría a mis compatriotas de inmigrar o no a Chile. Y la respuesta, como le contesté en esa oportunidad, es un rotundo sí. 

La decisión de migrar es netamente personal y seguramente varía de acuerdo a las circunstancias de su vida. Lo que tiene que saber cada persona, es que tiene todo el derecho de hacerlo; la libertad de circulación está dentro de los derechos humanos. Así es que, si usted es uno de los pocos colombianos que me lee y quiere migrar a Chile, le digo: ¡Venga, pero no coma tanto cuento!

Chile es un país que en los últimos años ha tenido fama en la región y en el mundo, de estar a un paso de ser un país desarrollado, por lo menos así lo afirman los números; pero hay que tener en cuenta que los números a veces son mal interpretados, es decir, a veces estos datos reflejan una gran torta donde todos comen por igual, pero en el caso de Chile, la torta está mal repartida.

En el país, "el ingreso per cápita del 1% más rico, es 40 veces mayor que el ingreso per cápita del 81% de la población", dice el informe de CIPER que pueden revisar con más calma. Amigo compatriota, un país desarrollado no significa solo crecimiento económico, sino también equidad social, participación y sustentabilidad. Chile está lejos de cumplir esos requisitos. Acá también hay problemas de educación, de salud, de movilidad, entre otros, como en Colombia. No coma tanto cuento.

Si bien la tasa de desempleo en Chile es baja (6,5%) en comparación a Colombia y otros países, no significa que esto siempre vaya de la mano de la calidad y la buena remuneración. El salario mínimo es extremadamente bajo. De hecho, haciendo la comparación de ambos salarios mínimos (el chileno y el colombiano), no es mucha la diferencia. Dependiendo del rubro y sus niveles de estudio, tendrá oportunidades de subir ese salario.

No se trata de desanimarlo, de hecho, parte de la economía de Chile se basa en la fuerza inmigrante -muchos de ellos colombianos-, que le permite a los mismos, tener un cambio importante en su calidad de vida que quizá el país de origen no le permite por diversas circunstancias, pero es algo que generalmente pasa en ciertos rubros como la medicina, la odontología, la construcción, la peluquería, la agricultura, algunas ingenierías, entre otros. Los periodistas, estamos muy por debajo en la lista. Si usted se trae un título´técnico o profesional bajo el brazo, o si sabe algún arte u oficio, le facilitará mucho las cosas. 

Tampoco le puedo decir que si no tiene un grado de estudio, no tome la decisión... eso sería irresponsable de mi parte. He visto muchos casos de personas que han logrado emprender llegando con cero pesos en el bolsillo. Solo trato de contarle la realidad, bajo mi punto de vista, en estos más de tres años que llevo en Chile, país que he aprendido a querer.

Lo cierto es que si llega a Chile, tendrá la oportunidad de conocer un buen país con personas maravillosas, una geografía increíble. Encontrará un país lleno de oportunidades como en todos lados, y como en todos lados, deberá aprender a buscarlas. Si las encuentra o no, dependerá quizá de la conspiración del universo.

Por otro lado, la discriminación y la xenofobia en Chile es una realidad, sobre todo en ciertos sectores del país, pero proviene de una minoría de chilenos que no ha comprendido que el fenómeno de la inmigración es natural y enriquecedor; algunos chilenos no han comprendido que la inmigración hace parte de su historia. 

No se trata de decir que Chile es mejor o Colombia es mejor; ambos países tienen buenas cosas como problemas; no se trata de nacionalismos. Solo trato de decirle que si quiere vivir en Chile, venga, pero no todo es color de rosa ¡No coma tanto cuento!

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